Aunque cueste creerlo, aunque siempre pensemos que “es imposible que esto le pase a mi hijo”, lo cierto es que los atragantamientos en niños y niñas son más habituales de lo que podríamos pensar. En casos extremos, provocan incluso fallecimiento por asfixia. Una desgracia que hemos de evitar a toda costa. Por eso, en este artículo te traemos una lista con alimentos peligrosos en niños que hay que vigilar y, si deseas dárselos, te contamos cómo hacerlo sin riesgo alguno.
En un post anterior, ya os comentamos que algunos alimentos y comidas podían no ser tan beneficiosos para nuestra salud como podríamos creer. Nos referíamos especialmente a los refrescos light y zero. En esta ocasión, sin embargo, queremos ir un poco más allá y hablaros de alimentos que pueden resultar peligrosos por producir problemas de atragantamientos que pueden derivar en sustos graves.
Las características de ciertos alimentos, junto con el hecho de que los menores (sobre todo los de tres años) cuentan con diámetro menor en vías aéreas y no disponen todavía de todos los dientes, provoca que el riesgo de atragantamiento aumente.
Así, el primero de los alimentos peligrosos en niños son las palomitas de maíz. Es muy habitual tener algún que otro susto en cumpleaños, cines o fiestas infantiles. Evita por completo que tus hijos las tomen hasta los cinco o seis años.
Otro alimento a tener muy vigilado son los frutos secos enteros. Aquí englobamos las almendras, nueces, cacahuetes, maíz, avellanas, pistachos, las pipas… Todos ellos son muy peligrosos para los pequeños. La Asociación Española de Pediatría solicita no ofrecerlos enteros hasta los seis años. Hasta entonces, habrá que darlos molidos.
¿Sabías que el jamón es otro de los alimentos peligrosos en niños? Suele sorprender, pero tanto el jamón como el lomo u otros embutidos tienen problemas en desmenuzarse en una boca con pocos dientes y una deglución inmadura, provocando casos de atragantamiento. Si quieres ofrecerlo a tus hijos, córtalo en trozos muy pequeños o desmenúzalo.
Para terminar, dos ejemplos más. El primero, los caramelos y dulces duros, ya que podrían ser tragados por los más pequeños sin ni siquiera haberse deshecho. El segundo, las gominolas. Pueden parecer menos peligrosos, ya que son blandos, pero en cualquier caso no se deshacen en la boca. Dan una falsa sensación de seguridad y, si no se mastican de forma correcta, pueden poner en riesgo la vida de nuestros hijos. Ten mucho cuidado.