Cómo funciona un cerebro con ansiedad

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Un cerebro con ansiedad es un cerebro que sufre una hiperactivación que influye en cómo procesamos el miedo, el estrés y la toma de decisiones.

Ahora que llega la primavera y nuestro cuerpo experimenta muchos cambios, es un buen momento para analizar cómo las estructuras cerebrales y neurotransmisores desempeñan un papel clave en la ansiedad.

 

Estructuras de un cerebro con ansiedad

La ansiedad se genera en unas partes específicas del cerebro que forman un circuito. Las principales estructuras que participan son:

1.- La amígdala, el centro del miedo

Esta parte es clave para procesar el miedo y las emociones. En las personas con ansiedad:

  • Se encuentra hiperactiva y reacciona de manera exagerada a estímulos que pueden no suponer un peligro real ni tan grande.
  • Tiende a interpretar situaciones neutras como amenazantes, activando la respuesta de lucha o huída con más frecuencia de lo normal.

2.- La corteza prefrontal, reguladora de la ansiedad

Se ocupa de controlar las respuestas emocionales y tomar decisiones racionales, pero cuando hay ansiedad, su conexión con la amígdala está debilitada, dificultando el control de la respuesta emocional.

3.- El hipocampo o la memoria del miedo

  • Esta parte del cerebro nos ayuda a recordar el contexto en el que ocurren situaciones amenazantes.
  • Cuando hay ansiedad, su actividad se reduce y no podemos distinguir entre una amenaza real y una imaginaria.

4.- El eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), el sistema de estrés

Es el sistema encargado de regular el cortisol, la hormona del estrés. En personas con ansiedad crónica está hiperactivado y mantiene el cuerpo en un estado de alerta constante.

 

No olvidemos el papel de estos 5 neurotransmisores

Estas sustancias químicas son las que permiten la comunicación entre las neuronas. En un cerebro con ansiedad, algunas de ellas sufren alteraciones:

  1. GABA (ácido gamma-aminobutírico): es el neurotransmisor encargado de calmar la actividad neuronal. En la ansiedad, sus niveles son bajos, facilitando la hiperactividad cerebral.
  2. Glutamato: un exceso de este neurotransmisor contribuye a la sobreexcitación del cerebro.
  3. Dopamina: participa en el placer y la motivación. Cuando está desregulada afecta a la ansiedad social y la capacidad de recompensa.
  4. Noradrenalina: es un neurotransmisor implicado en la respuesta de alerta. Cuando existe ansiedad sus niveles se elevan, provocando una sensación de peligro constante.
  5. Serotonina: influye en la regulación emocional. Los niveles bajos se asocian con síntomas de ansiedad.

 

¿Cómo afecta la ansiedad al comportamiento?

Un cerebro con ansiedad que tiene alteradas sus estructuras y los niveles de neurotransmisores, genera diversos efectos en el pensamiento y en las acciones de la persona que lo padece:

  • Dificultad para tomar decisiones: al haber una conexión menor entre la amígdala y la corteza prefrontal, la evaluación de riesgos racional es más difícil para alguien con ansiedad.
  • Hipervigilancia: el cerebro está constantemente alerta percibiendo amenazas.
  • Déficit de memoria: el estrés prolongado afecta a la capacidad de recordar información a corto plazo.
  • Sesgo hacia lo negativo: las personas con ansiedad se enfocan más en lo negativo y amenazante de las situaciones.
  • Refuerzo de experiencias negativas: el cerebro refuerza los recuerdos asociados al miedo, dificultando la superación de eventos pasados.

 

¿Podemos controlar la ansiedad?

Existen diversas estrategias para modular la ansiedad desde el cerebro. Algunas de estas maneras de reducir la hiperactivación del cerebro son:

  • Ejercicio físico: aumenta la producción de GABA y serotonina y disminuye la actividad del eje HHA.
  • Alimentación equilibrada: es fundamental tener un intestino sano gracias a una alimentación equilibrada que nos permita experimentar las emociones en niveles adecuados.
  • Terapia: fortalece la corteza prefrontal y nos ayuda a modificar los patrones de pensamiento negativo.
  • Fármacos: si los profesionales de la psiquiatría lo consideran necesario pueden recetar medicamentos como los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). El objetivo es regular la actividad neuronal y reducir los síntomas de la ansiedad.
  • Mindfulness: meditar activa nuestra corteza prefrontal y reduce la actividad de la amígdala.

 

Un cerebro con ansiedad está siempre alerta, con una con una amígdala reactiva, un hipocampo debilitado y una corteza prefrontal con menor capacidad de control emocional. Los neurotransmisores experimentan cambios en sus niveles que contribuyen a la sintomatología ansiosa.

Gracias a las investigaciones en neurociencia y las estrategias basadas en ellas podemos modular estos efectos y aumentar el bienestar de quienes padecen ansiedad.